3 días por los Alpes suizos
¡Bienvenidos a el mundo con Helen!
Si estas pensando en pasar 3 días por los alpes suizos, has llegado al post indicado. Aquí te explicamos todo lo que puedes hacer durante 3 días por los paisajes de ensueño que aguardan las montañas de Suiza.
Los Alpes suizos reúnen todas las condiciones para ser el paraíso de los amantes de la montaña y el alpinismo.
Nuestro viaje tenía como objetivo lograr la ascensión al Mönch, una montaña de 4.107m de altura situada al sur del cantón de Berna y aprovechamos la ocasión para visitar otros enclaves mágicos del país, como Interlaken, la Jungfraujoch o Grinderwald.
Nuestra ruta:
Día 1: llegada a Basilea y viaje en tren hasta el refugio de montaña Mönchsjochhütte.
Día 2: intento de ascensión al Mönch, visita a Lauterbrunnen y llegada a Interlaken.
Día 3: visita a Brienz e Inerlaken.
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Día 1: viaje en tren y paisajes de ensueño
Nuestro vuelo hacia Basilea salía de Barcelona a las 7:30 de la mañana. Una vez allí, alquilamos un coche para ir a Grindelwald, donde cogimos dos trenes distintos para subir al Jungfraujoch o también conocido como Top of Europe (la estación de ferrocarril más alta de Europa).

La región del Jungfrau es considerada una de las zonas más bonitas de Suiza por sus parajes naturales presididos por el Eiger, el Mönch y el Jungfrau, tres montañas que rodean los 4.000m de altura y confluyen en el glaciar más grande de Europa, el Aletsch.


En 2001 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y para los apasionados de los deportes de montaña tanto de invierno como de verano es un paraíso.
Ya desde que llegamos al parking donde dejamos el coche para coger el tren, los paisajes nos absorbieron completamente. Prados verdes, casas al estilo suizo, y montañas majestuosas que te hacen sentir completamente insignificante.


La estación de Grindelwald es preciosa, igual que lo es el paisaje del camino hasta la Junfraujoch, la estación de ferrocarril más alta de Europa (a 3.466m de altura) que se ha convertido en un destino turístico por sí misma.
Dentro del túnel el tren se detiene en la estación de Esimeer, situada a una altitud de 3,159m. Las vistas al glaciar de la cara Sur del Eiger a través de unas ventanas excavadas en la roca son realmente espectaculares.

Una vez llegamos a The Top of Europe disfrutamos de unas vistas impresionantes desde sus miradores.



Dimos una vuelta por el interior de la instalación, donde hay cuevas de hielo y restaurantes que te permiten completar una experiencia única.

Nos hicimos las fotos obligadas y empezamos a caminar hacia el refugio Mönchsjochhütte, situado a 3.650m de altitud donde pasaríamos la noche, para poder empezar la ascensión al Monch al día siguiente.


Se trata de un refugio de montaña, lejos de lujos de la “civilización”, a lo que se suma el malestar que provoca la altura a la que se encuentra. No es el peor en el que he estado, ni mucho menos, pero el hecho de que para ir al baño hubiese que salir fuera (hacía mucho frio y estaba nevando) lo convirtió en una aventura especial.
Día 2: ascensión al Mönch y el glaciar más grande de Europa
Día de la ascensión. Nos levantamos a las 5:30 de la mañana, en total la excursión seria de 8h (aproximadamente), pero parecía que las condiciones meteorológicas, con un viento muy fuerte como protagonista, no iban a estar de nuestro lado.

Decidimos salir a tantear el terreno para valorar si era posible hacerlo o no, pero como nos pareció que podía ser peligroso, decidimos dar media vuelta y volver al refugio. Porque al fin y al cabo las montañas no se mueven, y con la naturaleza no se puede jugar.

A lo largo de la mañana, el día fue mejorando así que pudimos salir a caminar. Era demasiado tarde para subir al Mönch, pero no para disfrutar del paisaje y visitar el glaciar más grande de Europa.


Después del paseo, regresamos a Jungfraujoch para coger el ferrocarril y llegar a Interlaken donde teníamos alquilado el apartamento.
Por el camino nos desviamos hacia Lauterbrunnen, un pueblo donde hay un recorrido muy recomendable por unas cuevas con unas cascadas impresionantes.


Además, en medio del pueblo hay una cascada que le da un encanto muy especial.

Después de la visita a las cuevas fuimos a merendar y disfrutamos de una puesta de sol maravillosa en este impresionante paisaje.

Seguimos nuestro camino hasta Interlaken donde subimos a nuestro apartamento.
Día 3: lagos y miradores impresionantes
Nos levantamos temprano para ir a rodear el lago de Brienz que conjuntamente con el de Thun dan nombre a Interlaken, ciudad entre dos lagos.

Los que más me impresionó de la zona fue el color del agua enmarcada por el majestuoso paisaje alpino que la rodea. Me hubiese quedado allí horas y horas…




Una vez disfrutamos de la zona, nos dirigimos de nuevo a Interlaken, donde cogimos un funicular para subir a Harder Klum.

Una vez arriba pudimos disfrutar de una de las panorámicas más bonitas que he visto jamás.
Sus aguas azules, los prados verdes, las casas de cuento de hadas, y lo mejor de todo, las vistas al Mönch, al Jungfrau y al Eiger, me regalaron uno de los mejores momentos del viaje.


Después de esto, paseamos Interlaken, regresamos al coche… ¡Y para Barcelona de nuevo!


¡Espero que mi experiencia os haya inspirado para alguna futura escapada! Eso si, la parte del alpinismo, no os recomendaría hacerla sin un experto o si no tenéis experiencia previa en alturas y montañas con alguna dificultad técnica.
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¡Nos vemos en el siguiente viaje!